La palabra duelo viene del latín “dolus”, que significa “dolor”
El duelo es el proceso por el que pasa una persona que sufre una pérdida, ya sea la de un ser querido, ya sea la propia vida. Esta es la situación por la que pasa un enfermo terminal.
Su intensidad y las alteraciones que provoca dependen de varios factores: la relación emocional con el ser perdido, las circunstancias de la muerte, el tiempo de preparación para la pérdida, etc. La duración del duelo varía en función de cada persona y situación.
Se suele hablar de una duración inferior a un año, aunque ante una pérdida importante la recuperación se prolonga a un segundo año.
El duelo es, en principio, un proceso normal que cumple una función adaptativa. En la mayoría de los casos, no requiere intervenciones específicas.
ETAPAS DEL DUELO:
La psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross en su libro sobre la muerte y los moribundos establece cinco fases durante el duelo:
- Etapa de negación y aislamiento: El enfermo no admite e incluso niega la enfermedad que se le ha diagnosticado o se aísla. Se trata de un mecanismo de defensa ante la mala noticia que le da tiempo para asimilar la nueva situación. Esta fase se caracteriza por la búsqueda de segundas opiniones médicas que refuten el primer diagnóstico.
- Etapa de ira: Es la fase de protesta. Se sustituye la negación por la ira, resentimiento…. ¿Por qué a mí? Esta agresividad se proyecta sobre las personas que están más cerca: Los cuidadores, los familiares, el personal sanitario. Es importante no reaccionar con más ira, hay que aceptar la irracionalidad del afectado y entender que expresarla lo ayuda a aceptar mejor su pérdida.
- Etapa de negación o pacto: El enfermo acepta la idea de la muerte, pero está dispuesto a cualquier cosa si el médico lo salva de esa situación. Intenta negociar con su muerte o con su curación. Estas negociaciones pueden tener también carácter religioso (promesas, ofrendas, sacrificios) o mágico (curanderos). El enfermo suele mantener sus “negociaciones” en secreto, pero si nos las comunica debemos tratarlas con respeto.
- Etapa de depresión: Es la etapa de tristeza, aparece cuando los hechos son tan evidentes que el enfermo se da cuenta de que su vida realmente está en la recta final. En esta fase, es posible que el enfermo intente acabar con la situación lo antes posible, por lo que puede suspender el tratamiento o pensar en el suicidio. Es un periodo difícil para las personas que lo rodean, ya que no saben que actitud tomar ni qué decir para animarlo. Creemos que se deben evitar las falsas esperanzas, puesto que al enfermo le será más fácil aceptar la realidad si se enfrenta al dolor.
- Etapa de aceptación: Suele ocurrir en el momento final de la vida. Supone la aceptación de su situación con resignación y serenidad. Se acompaña de un deseo de paz y tranquilidad. Aunque se haya aceptado la enfermedad y la muerte, es posible que se produzcan regresiones, como volver a deprimirse, volver a negar la enfermedad, y concebir de nuevo esperanzas irreales.
Nuestros auxiliares sociosanitarios conocen y tienen en cuenta todas las fases y las características personales de cada mayor que cuidamos, para así poder colaborar con la atención, no solo del enfermo, sino también de sus familiares.
El apoyo psicológico, el respeto y la comprensión deben de extenderse a estos, tanto durante el proceso como tras la muerte. No debemos olvidar que ellos empiezan un nuevo proceso de duelo por la pérdida del ser querido.